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jueves, 1 de junio de 2017

A DOS DE TRES CAÍDAS: La máscara del chacal y el llanto de la hiena


Por: Arturo Ruiz, El Súper Cívico

Llego el momento en que al valle nacional, llego un lobo, aulló tan fuerte que todos lo voltearon a ver… ese lobo proclamaba que ya era tiempo de dejar atrás el tiempo de los carroñeros y depredadores de los más débiles… hablo de nuevos ciclos y de renovación en las formas de vida.
En su desesperación, las hienas azules y los chacales rojos, decidieron unirse para continuar con sus hábitos de depredadores y carroñeros. Y para ello consideraron que lo mejor sería generar una ola de terror entre los demás integrantes de la comunidad para no poner en riesgo su estatus de vida.
Y así caminando entre su propio estiércol y con los morros de sus hocicos aun sangrantes por las victimas de su terrorífico sistema de corrupción e impunidad, decidieron colocarse una máscara de víctima y lloriquear de forma tan lastimera, que conmoviera a todos advirtiendo del peligro mayor de que un lobo fuera quien reinara en sus tierras.
Gritaron desgarrándose sus vestiduras señalando al lobo como un comunista come niños y que en caso de ganar la moneda nacional se devaluaría y las inversiones extranjeras saldrían del valle para siempre. Generando desempleo e incertidumbre.
Aun con la carne putrefacta en la comisura de sus labios, procedente del tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito de sus gobernadores corruptos, señalaron con dedo de fuego sobre el riesgo de que sus opositores reinaran en el valle, debido a que la delincuencia podría desbordarse ante nuevos gobiernos, aceptando de facto, que los delincuentes y ellos, han pactado por años, el reparto de territorios de vidas y plazas…
Ellos, los chacales rojos y las hienas azules, consideraron que la mejor cortina de humo para tapar su reinado de sangre, de fosas clandestinas, de desparecidos, de casas blancas y ranchos multimillonarios, de obras públicas entregadas a compadres, socios y familiares, era unirse para llorar cual plañideras por el riesgo de la nación, ante un lobo con piel de oveja que anunciaba tiempos nuevos.
Y así, amarraron sus colas, unieron sus pestilentes hocicos y pactaron un nuevo reparto del botín nacional, comprando conciencias de amarillos mastines dóciles y ambiciosos, para atacar al lobo solitario y adquiriendo plumas y voces de periodistas mercenarios para infundir temores ante el cambio.
Corrieron simulando temor y gritando a todos los puntos cardinales de la rosa de los vientos… que tuvieran miedo ante los cambios… que no creyeran en tiempos nuevos… que es mejor la corrupción conocida; el narco estado; las ejecuciones sumarias y la desaparición de personas, antes que abrir la puerta a quien amenazaba con la justicia a los ladrones y traidores a la patria.
Y así, se escucha hoy por las radiodifusoras al Presidente Nacional del PRI y al del PAN cantando al unísono una misma melodía en donde cual juglares del medioevo infunden temores contra el cambio, señalan de corrupto al tercero en discordia olvidando que ellos están inmersos hasta el cuello de actos de corrupción, nepotismo y barbarie.
Enrique y Ricardo cual cómicos mediocres, cual patéticos actores de opereta y en papel de mártires de la democracia, se tiran al piso advirtiendo del peligro de Andrés. Porque él no es parte del sistema, porque el también recibe dinerito de sus allegados y porque es amigo de Venezuela, país en donde hay desabasto, pobreza y más de 100 muertos… cuando en México, más de 60 millones viven en la pobreza, más de 20 millones en pobreza alimentaria y en donde en lo que va del año han muerto en el país más 5 mil personas de forma violenta.
¿De qué nos hablan Enrique y Ricardo? ¿Por qué están tan atemorizados los Chacales Rojos y las Hienas Azules?

Yo pienso que están aterrorizados ante el despertar de un pueblo y no tanto por el aullido del lobo… ¿O no?

1 comentario:

  1. Cinco años han pasado de éste escrito cuando lo leí por primera vez. Sigo pensando igual que la descripción tan acertada y aquí plasmada.

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