Pedro Martínez
Serrano
El ex diputado
federal, ex funcionario de la Secretaría de Energía al servicio de Felipe
Calderón y ex delegado de la Secretaría de Economía en la entidad, Alejandro
Monraz Sustaita anda preocupado, enloquecido y desesperado. Luego de que
fue derrotado vergonzosamente en su loca aspiración de ser presidente municipal
de Tijuana, sabe que su futuro inmediato es incierto, tanto como peligroso.
La incertidumbre
política del perdedor Monraz, tiene una razón de peso: antes,
durante y después de la jornada comicial que concluyó en julio anterior, se
dedicó a golpear y difamar con rudeza a su correligionario y hoy gobernador
electo, Francisco Vega de Lamadrid. De pendejo y atarantado no lo bajaba.
No es capaz de masticar chicle y caminar al mismo tiempo, se pitorreaba
del agiotista metido a político.
Recuerdo que en
una ocasión, en medio de sonoras carcajadas, celebraba la evidente incapacidad
de oratoria de su entonces abanderado por la gubernatura: Además de
atarantado y tartamudo, Kiko es disléxico, es incapaz de hilvanar
correctamente una frase: bueno, no es capaz de debatir ni con apuntador, porque
está mal de la cabeza.
Pero no sólo eso,
el compadre de Cuauhtémoc Cardona Benavides, hoy flamante coordinador de
la diputación local panista (cuyo futuro oscurecen negros nubarrones
mediáticos), Alejandro Monrazse dedicó a engañar empresarios, a bolsear
lenones y traficantes de droga y personas. Ofreció favores a todos, a cambio
del préstamo de cantidades millonarias de dinero para la campaña.
Es un sujeto taimado y cínico que personalmente contactó a aquellos con los que
se comprometió: ocupo que me prestes algo de dólares… Ya sabes, es tiro
seguro… En cuanto asuma la presidencia te pago. La petición fue en calidad
de préstamo, no de donativo. Y el que presta cobra.
Por lo anterior,
son muchos los que lo han emplazado a Monraz a regresar la copa,
como dicen allá abajo, en la Zona Norte de Tijuana, en donde se concentra el
malestar en contra del candidato perdedor a la presidencia
municipal de Tijuana. El mismo que le jugó la contra al candidato a la
gubernatura, su correligionario, Francisco Arturo Vega de Lamadrid.
Más aún, luego de
esa vergonzosa derrota que le propinó el doctor Jorge Aztiasarán Orci,
ha empezado a buscar a quién sablear, como lo hizo con Martín Domínguez Chiu
en 2004, que en sus tiempos de síndico municipal, de quien consiguió una
asesoría de 70 mil pesos mensuales, durante casi un año, luego de que perdió en
la interna, cuando buscó ser candidato a alcalde y Jorge Ramos Hernández lo
dejó en el camino.
En ese tiempo, Domínguez
Chiu le pagaba el sueldo de 15 mil al mes de su secretaria, como
llamaba a una persona con la que se entiende desde hace varios años y con quien
me dicen que tiene un par de hijos extramaritales.
El tema de Monraz Sustaita apenas empieza y
amenaza manchar a muchos, en especial a su compadre, Cuauhtémoc Cardona
de quien ya se alistan baterías para ubicarlo, especialmente por dos
razones, su desmedida y enloquecedora proclividad al consumo de enervantes (el
alcohol es uno de ellos) y al dinero fácil.
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