Columna de análisis social, cultural, político y económico.
Mamotreto gaceteril de simple expresión personal de su
autor.
Ruego a mis siete sufridos amigos y lectores no tomar muy
en serio mis testarudeces y confiar mil veces más en su propio cacumen.
Conste.
Año II, Tomo II,
Época II, Edición del 30 de noviembre de 2017, No. 175.
NUBES DE BORRASCA
Negros
nubarrones se perciben en el horizonte de Jauja, donde vivimos. Hoy, desde mi
limitada ventana hacia el mundo, pude observar que en la Cámara de Diputados
jaujianos, la Comisión de Gobernación habría de analizar el Proyecto de Ley que
se proponía legislar sobre "Seguridad Interior", con la que se
intentaría dar certeza y marco jurídico a la participación de nuestras fuerzas
armadas -admirables en muchos sentidos- pero que, en esencia, no están
diseñadas para la investigación, prevención o punición de delitos, ni para
patrullar en las calles o intervenir como muros de contención contra
manifestaciones o protestas de la población civil, inerme ante el imponente
aparato castrense -de todos nuestros respetos- ya que su misión constitucional,
clarísima, está encaminada a la Seguridad Nacional -protección de nuestras
costas, litorales, fronteras, territorio y espacio aéreo- y no a labores
policiacas. Más aún. La misma Constitución de los Estados Unidos Jaujianos
prevé que, en casos excepcionales, hecha la declaración de suspensión de las
garantías individuales -disturbios graves, guerra civil, por ejemplo- se
pudiera ordenar a las fuerzas armadas su intervención en un tiempo y lugar
precisos y sólo mientras la situación lo ameritase. En cambio, la nueva Ley de
Seguridad -que pasará al pleno de la Cámara hoy mismo, vía "fast
track"- tiene todos los visos de una claudicación del mando civil y un tácito
reconocimiento de la supina incapacidad del gobierno para brindar seguridad a
su población o peor aún, un perverso "compló" para utilizar a las
fuerzas castrenses como parte del proyecto de control de daños políticos -dado
el fracaso del grupo
Atracomucho- en vista al próximo año electoral. Vaya usted
a saber. Luego, si en el pleno ocurre lo mismo que en la comisión, se hará caso
omiso al pedido de la Comisión Nacional de los Derechos humanos, ni al llamado
de once Organismos Internacionales, incluida la ONU para que tal Ley no se
aprobase, previendo un deterioro creciente de los Derechos Humanos y el riesgo
de la paulatina militarización de nuestro Cuerno de la Abundancia. Seguramente
exageran esos extranjeros ¿o no es así? Desde luego, se prevén largos juicios por
la evidente inconstitucionalidad de esta Ley, pero todo eso llevará tiempo y
mientras tanto, las discrecionalidades del Ejecutivo Jaujiano, podrá -en año
electoral- hacer intervenir a las fuerzas armadas en cualquier lado, sin
consultar a los Gobernadores ni a los Congresos locales. Se antoja la primera
pregunta idiota ¿No se vulnera con esto el pacto federal y la soberanía de los
estados que integran la Federación? Si se ofrece, cabe una segunda pregunta
imbécil. Cuando el anunciado
litigio llegue a la Suprema Corte Jaujiana ¿Cuál
cree usted que será el fallo? Este obtuso autor solo puede encomendarse a todas
las cortes celestiales, porque el chubasco que viene, trae tifones y tornados
aparejados. ¡"Tan bien que íbamos!" dijo el de la panguita, cuando
empezó a inundarse. Viejo dicho de los paceños. Si me permiten una tercera
pregunta melolenga ¿Adivina usted qué partido impulsó la Ley de Marras? ¡Con su
respuesta queda dicho todo! Vale.
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