Por: Arturo
Ruiz, El Súper Cívico
Déjeme iniciar esta
columna contándole una pequeña historia, un cuentecillo corto.
LA ZORRA Y LA LIEBRE.
En una ocasión una liebre perdió a sus dos críos, la Liebre madre busco por todas partes a sus lebratos sin encontrarlos.
En una ocasión una liebre perdió a sus dos críos, la Liebre madre busco por todas partes a sus lebratos sin encontrarlos.
Una zorra hambrienta
se dio cuenta de ello y le llamó a la liebre.
La liebre
desconfiada, no se acercó ya que es de sobra conocido que las zorras persiguen
a las liebres para devorarlas, aunque generalmente no las alcanza por la
velocidad de estas rápidas orejudas.
La zorra le insistió
diciéndole, oye liebre quero ayudarte como amiga, mira que yo también he sido
madre y entiendo del dolor ante la pérdida de los hijos. Yo creo saber en dónde
están tus críos.
La liebre afectada
por el dolor y atenazada por la esperanza de encontrar a sus hijos se acercó
tímida pero alerta a las reacciones de la zorra, y la zorra se echó a andar a
cierta distancia de la afligida liebre, para ganarse su confianza.
La liebre la siguió
por sinuosos senderos, hasta llegar a un camino sin salida y con paredes rocosas
casi verticales. En este punto, le dijo la liebre a la zorra:
Zorra, te he seguido
creyendo que sabes dónde están mis hijos, pero ¿dime si están vivos?
Si quieres ser mi
amiga, dime la verdad, aunque duela, no te atrevas a engañarme para protegerme de
nada, porque el engaño termina descubriéndose y no quiero descubrirte
mintiendo.
Prefiero la verdad
más terrible, ya que, al paso del tiempo, será menos dolorosa esa verdad que un
mito alejado de la realidad.
Un mito que me hará
caminar con creencias falsas, una mentira que me hará actuar de forma errónea y
desapegada de la realidad.
Por eso amiga zorra
no me engañes, porque el engaño es traición a la confianza y tú dices que has
de ser mi amiga.
La zorra se le quedo
viendo unos instantes guardando silencio.
Y cuando habló, lo
hizo de forma cruda: Puesto que quieres saber la verdad, te la diré. ¡Yo me
comí a tus hijos!
El efecto de esas
palabras, hizo que la liebre se conmocionara, sufriendo un pequeño mareo y se
le nublo la vista.
Ese momento fue
aprovechado por la zorra, para atacarla y sujetarla entre sus fauces. Y la
devoro, no sin antes decirle, es mi naturaleza engañar y mentir. Yo nunca vi a
tus hijos ni los devoré, esa, si es la verdad.
Y si, cuando una
mentira llega y es creída, se establece una burla hacia el engañado, ya que es
una traición a la confianza otorgada por el crédito dado a las palabras.
Podemos afirmar que
todas las personas han mentido en algún momento de su vida, es un
comportamiento casi inherente a la naturaleza de las personas.
Pero hay de mentira a
mentiras, y hay de mentirosos a mentirosos. De hecho, hay una patología a la
que se denomina Mitomanía, mentira patológica o pseudología fantástica que son
tres de los términos aplicados por los psiquiatras para nombrar el comportamiento
de los mentirosos compulsivos o habituales.
Pero también hay
mentirosos profesionales, que mienten para engañar a las personas, con fines de
beneficio comercial, económico o político.
En relación a la
mentira encontré un trabajo denominado: La mentira, los procesos
neurocognitivos y el contexto jurídico, el autor es Astrid Yulet Galvis
Restrepo de ahí, extraje la siguiente información:
[La etimología de la
palabra “mentira” proviene del latín “mentalis”, (mental); de allí que se
define como “lo que se dice contra la mente” en el sentido de la voluntad
deliberada de proferir algo falso.
Para Catalán (2005) “Mentir es afirmar mediante palabras aquello que creemos falso con la intención de que el receptor de nuestro mensaje crea que es verdadero.
En palabras de Camacho (2005) la mentira implica un tipo de comunicación intencional en la que el emisor trasgrede un principio básico sacando un beneficio de él: la presunción de sinceridad de la información que transmite por parte del receptor.
De igual forma, Gonzáles (2010) plantea un componente esencial: el nivel de intención que se tiene, la cual pretende un resultado específico.
Engañar viene del latín vulgar “ingannare” (burlarse de alguien) que sería un derivado del verbo “gannire” ('regañar','reñir'). De igual forma, Masip, Garrido y Herrero (2004) resaltan el componente intencional y definen el engaño como:
El intento deliberado, exitoso o no, de ocultar o generar y/o manipular de algún otro modo información factúal y/o emocional, por medio verbal y/o no verbal con el fin de crear o mantener en otra(s) persona(s) una creencia que el propio comunicador considera falsa.
Bonafina (2006) plantea que la mentira ha sido considerada a lo largo de la historia como una transgresión social. Es una acción que genera consecuencias importantes en el contexto de la ley, de igual forma también ha sido considerada por la religión como una falta o un pecado grave; por esto la mentira ha estado en el origen “del derecho y de la moral”.]
Para Catalán (2005) “Mentir es afirmar mediante palabras aquello que creemos falso con la intención de que el receptor de nuestro mensaje crea que es verdadero.
En palabras de Camacho (2005) la mentira implica un tipo de comunicación intencional en la que el emisor trasgrede un principio básico sacando un beneficio de él: la presunción de sinceridad de la información que transmite por parte del receptor.
De igual forma, Gonzáles (2010) plantea un componente esencial: el nivel de intención que se tiene, la cual pretende un resultado específico.
Engañar viene del latín vulgar “ingannare” (burlarse de alguien) que sería un derivado del verbo “gannire” ('regañar','reñir'). De igual forma, Masip, Garrido y Herrero (2004) resaltan el componente intencional y definen el engaño como:
El intento deliberado, exitoso o no, de ocultar o generar y/o manipular de algún otro modo información factúal y/o emocional, por medio verbal y/o no verbal con el fin de crear o mantener en otra(s) persona(s) una creencia que el propio comunicador considera falsa.
Bonafina (2006) plantea que la mentira ha sido considerada a lo largo de la historia como una transgresión social. Es una acción que genera consecuencias importantes en el contexto de la ley, de igual forma también ha sido considerada por la religión como una falta o un pecado grave; por esto la mentira ha estado en el origen “del derecho y de la moral”.]
Y no sé, pero hay
aspectos en los que uno no puede permitirse seguir siendo engañado y menos
cuando sabemos que alguien o algunos nos han engañado en otras ocasiones.
Por tal razón ¿Quién
puede creerle a los priistas y panistas que nos dicen una cosa y hacen otra?
¿cómo podríamos ser
tan ingenuos para creerle a quienes cuando llegan al poder nos roban, nos suben
impuestos y nos tiene sumidos en la inseguridad?
En su guerra sucia
han intentado hacernos creer que AMLO está siendo apoyado, por rusos,
venezolanos y por el crimen organizado.
Ya solo falta que
digan que lo apoyan los extraterrestres, los reptilianos y los Illuminati.
Cuando en la realidad
son a ellos, a los que se les ha demostrado actos de corrupción, de nepotismo y
de abuso de poder.
Yo al menos no les
creo y dudo de sus palabras y actos. ¡SON UNOS MENTIROSOS!!!!
Creo que solo el bobo
por naturaleza, o el ingenuo sumido en la ignorancia puede creerles nuevamente,
a quienes los han burlado anteriormente… ¿O no?
PD1 (¿Y tú le vas a
creer nuevamente a la zorra? ¿la seguirás hasta un camino sin salidas? Yo…
¡No!)
PD2 ( No, la historia de la zorra y la liebre no es la fábula de Esopo, esta es
del Súper Cívico... Ajua!!!)
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