Columna de análisis social, cultural, político y económico.
Mamotreto insufrible. Mal parto de la mente calenturienta de su obnubilado
autor y expresión de su opinión, mostrando sus limitados alcances. Conste.
Domingo 11 de marzo de 2018, No. 253.
Domingo 11 de marzo de 2018, No. 253.
LA LEYENDA DEL ARGOS
Es domingo.
Debe ser una buena idea desintoxicarnos de los fétidos humores de la política partidista, para voltear los ojos hacia mejores -y más luminosos- horizontes.
Resulta que ayer, pese al frío y la lluvia pertinaz, pude salir de casa en mi flamante silla de ruedas y montarme en mi camioneta, adaptada para el caso, con la idea de dirigirme a una importante reunión, la de Argos No. 1, la Asociación de Mentes Liberales a la que me he honrado en pertenecer, en ocasión de su undécimo aniversario de fundación.
Fue grato compartir el pan y la sal con los Argonautas del Libre Pensamiento, luego de mi accidente que casi acabó con mi existencia terrena.
Grato también me resultó comprobar que mi remo se conserva limpio y listo para remar en las traicioneras aguas que se interponen al noble propósito de recuperar el Vellocino de Oro. Feliz también de comprobar que el nuevo Jasón dirige con mano diestra los destinos de una tripulación inspirada en un lema, que los pinta de cuerpo entero: “Oh dioses, qué gran honor para tan pocos!”.
Larga vida a los modernos argonautas.
¡Adelante Argos, a toda vela, hacia el Universalismo!
Vale.
Es domingo.
Debe ser una buena idea desintoxicarnos de los fétidos humores de la política partidista, para voltear los ojos hacia mejores -y más luminosos- horizontes.
Resulta que ayer, pese al frío y la lluvia pertinaz, pude salir de casa en mi flamante silla de ruedas y montarme en mi camioneta, adaptada para el caso, con la idea de dirigirme a una importante reunión, la de Argos No. 1, la Asociación de Mentes Liberales a la que me he honrado en pertenecer, en ocasión de su undécimo aniversario de fundación.
Fue grato compartir el pan y la sal con los Argonautas del Libre Pensamiento, luego de mi accidente que casi acabó con mi existencia terrena.
Grato también me resultó comprobar que mi remo se conserva limpio y listo para remar en las traicioneras aguas que se interponen al noble propósito de recuperar el Vellocino de Oro. Feliz también de comprobar que el nuevo Jasón dirige con mano diestra los destinos de una tripulación inspirada en un lema, que los pinta de cuerpo entero: “Oh dioses, qué gran honor para tan pocos!”.
Larga vida a los modernos argonautas.
¡Adelante Argos, a toda vela, hacia el Universalismo!
Vale.
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