Por: Arturo Ruiz, El Súper Cívico.
Los metales rasgaron los aires, volando silbaron su
melodía de muerte, antes de detonar en tierra fraccionando cuerpos, destruyendo
vidas, segando futuros, oscureciendo miradas. Un hombre inhumano y un sistema
sonrieron, y sonrieron los intereses del gran capital. Y sonaron las cajas
registradoras de la industria de armas.
En Siria las madres lloraron sacando a los
hijos muertos, los niños gritaron al quedar huérfanos, la humanidad se
envileció, los estadistas y políticos enmudecieron y quedaron sordos ante la
razón de algunos y el resto del mundo quedó en silencio.
En otras partes del mundo, el drama es la
traición personal del amante embozado en un rostro que no es el suyo, el
orgasmo que no llega y el coitus interruptus que interrumpe también el
contenido río, el drama es la contienda electoral de políticos del mismo
sistema. El drama es no poder ir al cine, no haberse comprado el perfume de
moda, no salir al antro, no querer comer lentejas, no maquillarte en sábado, no
encontrar en casa al gato. El drama mayor en otras tantas partes de mundo quizá
sea haberte quedado sin datos o sin batería en el celular.
Y la humanidad se envilece, mientras en
México, los políticos entregan las tierras a extranjeros para ser abiertas y
fracturadas en pos de metales e hidrocarburos. Se envilece por los miles de
jóvenes desaparecidos que después son encontrados en huesos, sin vida en fosas
clandestinas cavadas por asesinas manos y auspiciadas por negocios inconfesables
que el gobierno conoce y calla.
Envilece por el policía corrupto que abusa
del indefenso y que baja sus pantalones ofreciendo el culo a los criminales
armados o ante los criminales de cuello blanco y almas negras.
Y la humanidad envilece, mientras tú callas
y das sorbos a tu café o tragos a tu vino. Buen provecho, mientras la humanidad
se envilece.
En Siria el Imperio de forma unilateral
masacró a un pueblo, lo hizo con la cobardía del poderoso que ataca a distancia
y con manifiesta superioridad armamental. Trump, saciado como perro de caza que
ha mordido a su presa hasta destrozarla, se irá a fornicar con su dama en una
cama de seda, mientras en el otro lado del mundo, estallaron las bombas y con
ellas la sangre estalló, estallaron las vísceras y estallaron los ojos de
humanos que fueron víctimas de su ataque justiciero.
De una justicia unilateral, de una justicia
envuelta en demagógicos discursos de superioridad, de patriotismo y de defensa
del bien contra el terrorismo y la paz mundial. El habitante de la Casa Blanca,
mancha el níveo color con sus sueños de sanguinaria bestia, Trump engorda y
engorda sus cuentas bancarias y las de sus socios, engorda el capital a costa
de la muerte y devastación de un pueblo… y así la humanidad se envilece.
Y aquí en nuestra patria, las redes
sociales se envilecen con mentiras, repetidas y reproducidas miles de veces por
bots, trolls y fanáticos que odian a quien piensan distinto a ellos. Y así, su
humanidad se envilece con el veneno de la mentira y del odio extremo.
Mienten sin decoro, por defender un status
de beneficios pingües o de puestos mediocres, muchos mienten sin recato alguno,
no son capaces de mostrar honor y ética para debatir y combatir con verdades,
sino que acuden al desprestigio, a sembrar temor e incertidumbre, a abusar de
la pobreza y comprar votos con dinero o comida. Y lo hacen sin ningún respeto.
¿Son estas personas que mienten en México,
que engañan y que compran conciencias mejores que Trump?
¿Son mejores esas personas que aquellos que
siguiendo órdenes detonan una bomba para matar sirios?
¿Son acaso mejores que los sicarios
mexicanos que secuestran mujeres y que disparan contra jóvenes indefensos para
después sepultarlos en fosas clandestinas?
No lo sé, ¿usted miente por defender sus
intereses? ¿Es usted de los que engañan por encargo o intereses partidistas?
¿Acaso usted condiciona la entrega de apoyos a cambio de votos?
Si la respuesta es sí… que pena. Porque
entonces, usted es igual de perverso que Trump, que los soldados mercenarios y
que los sicarios mexicanos. Que envilecen a la humanidad.
Ojalá que esas personas que mienten por
encargo, nunca tengan un arma en sus manos, porque con esa calidad moral,
quienes mienten, engañan y lucran con la ignorancia, son parte de los Trump del
mundo y de México, y ellos, son la causa del envilecimiento de la humanidad. ¿O
no?
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