Por: Arturo Ruiz, El Súper Cívico.
KICO Y AMLO:
¿DIPLOMACIA O IMPUNIDAD?
Dice un
refrán muy conocido: Cría cuervos… ¡y te sacaran los ojos!
Y como es
bien sabido, aun con el uso de metáforas, estos refranes y dichos populares,
encierran muchas verdades, incluso, hay algunos refranes que tienen su origen
en pensamientos de la filosofía oriental, en fabulas europeas y en vivencias
del México rural.
Y voy a
cuento con ese dicho tan común, por la actitud de “reconciliación” y un ánimo
de no agitar las aguas, en el proceso de cambio de mando en la presidencia de
la república que ha asumido en las últimas semanas el presidente electo Andrés
Manuel López Obrador.
Podría
entender esto, como un mensaje de que no pretende iniciar una cacería de
brujas, ni una política de aniquilamiento de los adversarios, pero eso también
debe tener límites, sobre todo si dichos adversarios han incurrido en actos de
enriquecimiento ilícito, corrupción o abuso de poder.
Nadie
puede dejar de reconocer que, un porcentaje importante de la votación a favor
de AMLO como candidato, tuvo como motivación en gran parte, el hartazgo de
millones de personas en relación a los gobernantes del PRIAN que abusaron del
poder para enriquecerse mediante actos de corrupción, tráfico de influencias y
desvío del dinero público.
Y si AMLO,
ahora investido como presidente electo y a partir del primero de diciembre como
presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, no somete a
investigación y sanción a quienes incurrieron en ilícitos, será un mensaje de
que la impunidad es una práctica perversa entre la clase política, y eso sería
un terrible precedente y generaría un fuerte desanimo en un importante sector
de la sociedad nacional.
Y DIGO ESTO, PORQUE
LA IMAGEN DE UN AMLO SONRIENTE SALUDANDO A UN TAMBIÉN SONRIENTE Y HASTA
EUFÓRICO KICO VEGA, EL GOBERNADOR MÁS CORRUPTO DE BAJA CALIFORNIA, DA
ESCALOFRÍOS Y CAUSA MALESTAR EN MUCHOS DE QUIENES CREEMOS EN AMLO Y DETESTAMOS
A ESTE NEFASTO GOBERNADOR.
Entiendo la
diplomacia, pero ésta también tiene formas de mostrar que existen diferencias.
Yo tengo
la confianza de que Andrés Manuel López Obrador una vez que asuma a plenitud
las facultades del Poder Ejecutivo, tendrá que instruir a los órganos
procuradores de justicia que investiguen todas las denuncias y presunciones de
actos de corrupción y de enriquecimiento ilícito, para procesar, juzgar y
castigar a quienes abusaron del poder y dinero público en beneficio propio.
Espero
sinceramente, que implemente además una política efectiva para detener la
desaparición de personas y para investigar a fondo el paradero de quienes están
en calidad de desaparecidos, porque eso, es una llaga abierta en muchas familias
en nuestra entidad y en diversas entidades de la República Mexicana.
Más allá
de los problemas sociales, que no dudo que serán bien atendidos con programas
asistenciales y de impulso al trabajo bien remunerado, tendrán éxito en reducir
la pobreza y elevar la productividad, es importante que AMO y su Gabinete,
entiendan que una parte de nuestra sociedad, espera de él, a un Estadista capaz
de conducir el poder político, corregir y levantar la economía nacional dándole
impulso al mercado interno y que a la par, sea sensible a los temas que más
lastiman a nuestra sociedad.
Es
importante reconocer que la clase política mexicana, generalmente solo habla de
política cuando se avecinan procesos electorales y en ese momento la gente deja
de ser vista como una comunidad de personas con rostros únicos, con nombres
propios y con una vida real y palpitante.
Porque
cuando solo asumimos la política, la democracia y la libertad, desde una visión
electorera, la gente se vuelve número, la persona se transforma en elector y la
vida en un mercado político.
Y eso
tiene que cambiar, ahora la sociedad debe seguir participando, el ciudadano
debe ser demandante de que se cumplan las promesas y compromisos de campaña y
el gobierno debe ser austero, eficaz y totalmente transparentes.
Si no
ocurre esto, la transición a una democracia efectiva y real, quedara solo en un
cambio de nombres, siglas y formas, sin transformar de fondo a las
instituciones y la dinámica de nuestra sociedad.
Esperemos
lo mejor en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y que la ambición y la
soberbia, no les gane a los protagonistas políticos emergentes de MORENA y
sobre todo que se fijen bien a quien suben a su lustrosa embarcación.
Ojalá
puedan y quieran revisar la historia de lo que le sucedió al PAN, que se llenó
de arribistas que dejaron atrás a los panistas de viejo cuño que poseían
ideales y principios sólidos y fueron conduciendo al PAN a una alta burocracia
presupuestivora y ambiciosa, que terminó cediendo al nepotismo, la corrupción y
el tráfico de influencias.
Y con
ello, terminaron divorciándose de la sociedad que los llevo al poder.
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