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jueves, 11 de abril de 2019

PÓLEMOS ZAPATA MUERTO A TRAICIÓN…


Columna de análisis social, cultural, político y económico. Periodismo de Opinión. Mamotreto insulso; lenguaraz y boquiflojo; órgano no noticioso. Voz endeble de la obnubilada opinión de su autor. No apta para lerdos cabeza de alcornoque. Ni por error debo ser tomado en serio. Sale cuando se puede. Recuerden, escribo ‘cum animus jocanti’, es decir, en broma de modo que, se han de guiar por sus propias convicciones.
Miércoles, 10 de abril de 2019 No. 542

ZAPATA MUERTO A TRAICIÓN…
A los Grandes Seres Humanos siempre los matan a traición, cobardemente, en las sombras de la vileza y la falta de escrúpulos. No es por casualidad.

El General del Ejército Libertador del Sur, Emiliano Zapata Salazar, hacía varios días que estaba recibiendo turbadores mensajes del jefe militar del gobierno en la región, Coronel Jesús Guajardo, en el sentido de que se le quería unir con ttodo y sus hombre y armas por serias desavenencias que decía tener con su superior, General González, rogándole al jefe Zapata que se vieran para negociar.

La oferta era tentadora, pero el huraño e insumiso sureño no se atrevía a vencer sus temores de que todo fuese una celada. Así, ante la insistencia y habida cuenta de la urgente necesidad de parque y -sobretodo- de artillería, envió a un emisario a pedir una prueba de que su propuesta era sincera. Le dijo -por mediación de su enviado- “Pido un ejemplar castigo para los de su tropa que, durante sus tres últimas incursiones, violaron y asesinaron a mujeres indefensas…” a lo que Guajardo contestó ufano: “Se hará justicia, General!”.

Diciendo y haciendo, reunió a más de 50 soldados involucrados (e incluso, inocentes) y tras un juicio sumarísimo, esa misma semana, los hizo llevar al paredón, fusilándolos, ante el asombro de los enviados de Zapata que atestiguaron el hecho.

Ante semejante muestra,Zapata cedió. Aceptó reunirse con Guajardo en la Hacienda de Chinameca que le servía de cuartel al falso tránsfuga.

Así, el 10 de abril de 1919, acompañado solo por una escolta de diez hombres, se presentó a la cita el indómito jefe sureño, reclamante de “¡Tierra y Libertad! más, al entrar al pórtico de la Hacienda, el Clarín de Órdenes tocó la Marcha de Honor, señal convenida para que -desde el techo del edificio- aparecieran decenas de fusiles que, en descarga cerrada, acabaron con la vida icónica y goriosa del Caudillo del Sur.

La traición, auspiciada por Venustiano Carranza, lo que logró fué volverlo inmortal. Zapata -el incorruptible- vive y sigue cabalgando.
Vale.

Crédito. Víctima y victimario. Centenario de su muerte. Milenio. Gracias.

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