PÓLEMOS: Frida Sofía, un "Reality Show" despanzurrado

Columna de análisis social, cultural, político y económico.

Mamotreto irredento, encabritado con la simulación y la manipulación.

Año II, Época II, Tomo II, Número 113, Edición del 22 de septiembre de 2017.

FRIDA SOFÍA, UN "REALITY SHOW" DESPANZURRADO
Desde la limitada visión y del reducido espacio de mi cama de redacción, he seguido -con ojos de asombro- con todo el tiempo del mundo a mi horizontal disposición, en los espacios inter-terapias, medicamentos, etc., los tristes acontecimientos ocurridos en Oaxaca, Chiapas, Morelos, Puebla, CdMx y otros, sacudidos y zarandeados por sendos sismos, a cual más devastadores. Muchos daños e incontables tragedias se dieron en esa parte del territorio nacional. Hablemos por lo pronto de lo ocurrido en nuestra ciudad capital y pérmítanme mis seis fieles lectores enfocarme en la delegación de Tlalpan, específicamente en Coapa, donde la noticia del colapso fatídico del colegio Enrique Rébsamen ejemplificó la magnitud del siniestro, por su propia condición de ser un centro escolar y por la cantidad de niños y maestros fallecidos, situación que concentró la atención de millones de mexicanos, sin contar los medios extranjeros. Como era lógico, todos los medios de comunicación del país acudieron con camaras y micrófonos-o al menos lo intentaron- solo para encontrarse, por mera casualidad, desde luego, conque Televisa tenía apartado su palco preferente, justamente al lado del centro de comando que la Secretaría de Marina y el Ejército habían establecido, colocando un filtro de tres cordones para limitar el acceso a los medios menos favorecidos así como a curiosos o brigadas de voluntarios no oficialmente autorizados. Luego, los rescatistas dentro del perímetro celosamente resguardado se encontraban bajo el mando y responsabilidad de las autoridades militares, ni cómo negarlo. En algún momento entre las tareas de rescate empezó a cundir el rumor de una niña sobreviviente, cautiva aún bajo las ruinas del siniestrado colegio. En minutos la noticia dio la vuelta al mundo, captando la atención de propios y extraños y arrojando una luz de esperanza en una ciudad sumida en el mayor estupor por los recientes sucesos. De inmediato, Televisa tomó su privilegiada posición y comenzó la transmisión -en vivo y en directo, sobre el terreno- colocando a su reportera, de apellido Dithurbide, dando cuenta, minuto a minuto, de cada marrazo contra las pesadas lozas de concreto, así como de los esfuerzos de los rescatistas. Pronto, sepa la bola quién lo produjo, se inició el rumor que -en efecto- la niña estaba viva, que respondía al nombre de Frida Sofía, dizque tenía doce años, que les pidió agua, que movía los dedos, que sentía dos cuerpos de compañeros junto a ella, que su apellido era Ledezma, entre otras confirmaciones de algunos de los enterregados rescatadores. Entre los miles o millones de culiatornillados telexpectadores frente al televisor o conectados al internet, pronto surgieron dudas capitales que nos hacían sospechar que todo ello tenía un tufo a huevo güero... ¿Dónde estaban los padres o la familia de Frida Sofía? La sospecha de un tongo o fraude mediático fue in crescendo. El rumor fue tomado por las mismas autoridades -al principio con cierta cautela y con cierta mesura-, entretanto, Televisa continuaba hora tras hora machacando acerca de la "niña" pendiente de rescatar. Mientras tanto, las sospechas del tongo levantaban un rugido de reproches en las redes sociales, incontenible, a tal grado que, un importante alto mando de la Marina apareció informando -al fin- que tras consultar con la directora e inspectora de la zona escolar, la revisión de la matrícula mostraba que, sumando los muertos a los heridos más los ilesos ya a resguardo en sus casas, el alumnado estaba completo y que, además, en sus listados no figuraba ninguna Frida Sofía. De más está decir que ese fue otro terremoto que cimbró al palco privilegiado de la consentida del sistema la que, instantes después, en la voz de Denise Maerker y Carlos Loret de Mola III, se deslindaron del fiasco, acusando al gobierno federal de haberles suministrado información errónea. La debilidad de EPN quedó evidenciada al obligar a un alto mando a decir que todo había sido un error, lo que la prepotente televisora -que lo acompañó arropadito durante su campaña- no consideró suficiente hasta que dos Almirantes aparecieron ofreciendo disculpas por la pifia, de la cual festinaron los medios más importantes del mundo. ¿Ya se supo que EPN no podrá con el 2018 sin su preciada súper televisora? Vale.