PÓLEMOS: INDEPENDENCIA… ¿Independencia?

Columna que hoy se viste de charro para gritar ¡Viva México!

Año II, Tomo II, Época II, Número 108, Edición del 16 de septiembre de 2017.

INDEPENDENCIA
¿Lo dicen en serio? Los conspiradores de Querétaro no tenían en mente un levantamiento popular sino una asonada, un golpe rápido, directo a la cabeza del gobierno virreinal como muchas otras que imaginaban que tal cosa era posible desde la abdicación de Fernando VII y la toma de control en España por Napoleón. Muchas voces se alzaban en pro de la autonomía o, de plano, de la total independencia, como fue el caso del Lic. Primo de Verdad o el de Fray Servando Teresa de Mier, entre muchos otros. El problema era definir qué grupo mantendría el control de las riendas del poder. Ya para 1810 el Virrey era más que nada un monigote al que ninguneaba la Iglesia y la cúpula de ricos gachupines que recelaban de los criollos y sus crecientes ambiciones. Así, los conspiradores eran todos criollos, es decir, hijos de españoles pero nacidos en América, como es el caso de Allende, Aldama, Abasolo, el Corregidor Domínguez o el mismo Hidalgo. Solo al verse descubiertos optaron -a fortioris- por escudarse en un levantamiento popular, gracias al cual llegarían a destacar un Morelos o un Guerrero -mulatos- y en la Nueva Galicia, hoy Jalisco, José -El Amo- Torres y Pedro Moreno -mestizos- lo que constituía un gran peligro para la casta -europea- gobernante y motivó la virulenta reacción españolista contra Hidalgo y sus "hordas de harapientos y desarrapados". Entonces hoy sigue ocurriendo igual, o si no, piensen lo que ocurrió años más tarde durante la Guerra de Reforma en la que, la Iglesia y la gente bonita se alzó contra los pelados liberales, o aún más, durante la intervención francesa y el Imperio de Maximiliano, períodos de bonanza para la gente 'decente'. En el mismo orden de ideas, los yanquis prefirieron tratar con Carranza y Obregón que con Villa o Zapata. Así las cosas, para 1820, casi agotado el movimiento insurgente, los mismos españolistas enemigos de Hidalgo y sus descamisados, para evitar la puesta en vigencia en tierras novohispanas de la Constitución de Cádiz –liberal-, la que se vio como un peligro para la Iglesia y para las clases privilegiadas, se reunieron en La Profesa y planearon la seudo Independencia, para que todo siguiera igual, como hasta la fecha. Para ello recurrieron a Iturbide, un criollo que oscureció como realista y amaneció como independentista, el que, en Acatempam, convenció al mulato Guerrero entrando ambos triunfantes a la capital en 1821.

Tomadura de pelo que duraría hasta el triunfo del indio Juárez. Vale.