Columna
de análisis social, cultural, político y económico. Ve la luz de vez en vez y
luego, cuando se puede.
Año II, Tomo II, Época II, No. 120,
Edición del 3 de octubre de 2017
"...NO IMPORTA EL TIRANO TE TRATE CON NEGRA MALDAD..." Rafael Hernández. "Preciosa".
Apenas ayer, supe que el Mister iba a dignarse a visitar la Isla del Encanto, a toro pasado, luego que la risueña patria de El Jibarito se viera devastada por un terrorífico huracán que dejó temblando a las Antillas y especial a Puerto Rico. Me llamó mucho la atención el intercambio de acrimoniosas invectivas que se sorrajaron, la Alcaldesa de San Juan y el Mister, previo a su -finalmente- viaje relámpago. La Alcaldesa le reprochaba que no hubiese acudido en apoyo de la bella isla, al menos con la misma celeridad con la que acudió en auxilio de Houston. Él, en cambio, le restregó algo así como un reproche, en el sentido de que no habían hecho lo suficiente por sí mismos y -en vez de eso- estar atenidos a la ayuda federal, o al menos eso interpreté con mis cortas entendederas, así que esto apunta a que se va a poner más sabroso que un dulce de melcocha. Haría bien el Mister en enterarse que Puerto Rico es la última nación latinoamericana pendiente aún de ser descolonizada y si bien es cierto que los patriotas nacionalistas borinqueños son todavía una minoría en el flamante y eufemístico "Estado Libre Asociado", no vaya a ocurrir con los obvios desprecios, se vayan a percatar de su realidad de 'second class citizens' y resurja el sentimiento independentista que alguna vez surgiera en Lares, a fines del siglo XIX, frustrado por la guerra entre España y los EEUU tras la cual, España "cedió" al victorioso ejército norteamericano, Cuba, Puerto Rico, Guam y Filipinas, cerrando para siempre el sueño imperial ibérico. La lucha por la independencia de Borinquén ha sido constante y con altibajos. Sospecho que al Mister le puede crecer el moho como le ha venido ocurriendo a Rajoy con Cataluña. Por lo pronto, me despido de mis amigos jibaritos cantando en silencio, de Rafael Hernández, patriota borinqueño exiliado en México por muchos años, vecino de Puebla de Zaragoza, donde formó familia..."Preciosa serás sin bandera, sin lauros ni gloria. Preciosa, Preciosa te llaman los hijos de la libertad". Vale.
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