Columna de análisis social, cultural, político y
económico.
Mamotreto alegre y alabastrino que expresa la opinión de
su autor, exclusivamente.
Compartido con gusto a sus siete resignados y fieles
lectores, dueños indiscutidos de su propia opinión.
Conste.
Año II, Tomo II, Época II, Edición del 9 de diciembre de
2017, No. 184.
“Removiendo el
avispero”
Tan bien que íbamos en el Medio Oriente. Todo parecía estar en un período de relativa calma, como si árabes y judíos hubiesen alcanzado un punto de precario equilibrio, precario dije, pero equilibrio al fin. Era algo demasiado bonito para ser cierto. En la semana que termina, Don Rabietas Güeras tomó la decisión de cambiar la embajada de los Ham & Eggs de Tel Aviv a Jerusalén, la reclamada capital de los árabes palestinos, tomada por los israelíes a Jordania durante la última guerra, luego de la erección unilateral del Estado de Israel, lo que representó un conflicto que hasta la fecha no termina. No entraré a discutir la justicia de las razones argumentadas por los dos pueblos en conjunto. Razones hay y muy justificadas por ambas partes. Lo que deseo poner de relieve es que la mayoría de las naciones del mundo consideran a Jerusalén -al menos su parte vieja- como terreno ocupado y por lo mismo, toman a Tel Aviv como la capital de la nación que se yergue como heredera de Abraham, Isaac y Jacob, en tanto que los hijos de Ismael -llamados palestinos en esa zona- reclaman a Al Quds -Jerusalén- como su capital histórica, desde que los turcos fueran echados al término de la Primera Guerra Mundial y empezase el Mandato Inglés sobre Tierra Santa. Sea como sea, tras décadas de sangrías interminables, parecía más cercano llegar a un duradero acuerdo de paz, cuando de sopetón, el Güero Rabietas se sacó de la manga esta decisión, a la que hasta su incondicional socio Fish & Chips ha considerado como negativa. Y ya es mucho decir, sin excluir a la Unión Europea y otro cúmulo de países. Parece obligada la pregunta idiota. ¿No será una cortina de humo para ocultar las uñas del oso ruso en cierto conflicto de You Know Who? Ciertamente se me antoja preguntarle a Salomón por su sabiduría. Yo, zafio como soy, solo discurro a imaginar a Jerusalén como CIUDAD LIBRE, con administración internacional. Con jurisdicción conjunta palestino-israelí de manera que todos, judíos, musulmanes y cristianos compartan sus respectivas bendiciones. Digo, antes de que el conflicto escale y se prolongue por siglos. Vale.
Tan bien que íbamos en el Medio Oriente. Todo parecía estar en un período de relativa calma, como si árabes y judíos hubiesen alcanzado un punto de precario equilibrio, precario dije, pero equilibrio al fin. Era algo demasiado bonito para ser cierto. En la semana que termina, Don Rabietas Güeras tomó la decisión de cambiar la embajada de los Ham & Eggs de Tel Aviv a Jerusalén, la reclamada capital de los árabes palestinos, tomada por los israelíes a Jordania durante la última guerra, luego de la erección unilateral del Estado de Israel, lo que representó un conflicto que hasta la fecha no termina. No entraré a discutir la justicia de las razones argumentadas por los dos pueblos en conjunto. Razones hay y muy justificadas por ambas partes. Lo que deseo poner de relieve es que la mayoría de las naciones del mundo consideran a Jerusalén -al menos su parte vieja- como terreno ocupado y por lo mismo, toman a Tel Aviv como la capital de la nación que se yergue como heredera de Abraham, Isaac y Jacob, en tanto que los hijos de Ismael -llamados palestinos en esa zona- reclaman a Al Quds -Jerusalén- como su capital histórica, desde que los turcos fueran echados al término de la Primera Guerra Mundial y empezase el Mandato Inglés sobre Tierra Santa. Sea como sea, tras décadas de sangrías interminables, parecía más cercano llegar a un duradero acuerdo de paz, cuando de sopetón, el Güero Rabietas se sacó de la manga esta decisión, a la que hasta su incondicional socio Fish & Chips ha considerado como negativa. Y ya es mucho decir, sin excluir a la Unión Europea y otro cúmulo de países. Parece obligada la pregunta idiota. ¿No será una cortina de humo para ocultar las uñas del oso ruso en cierto conflicto de You Know Who? Ciertamente se me antoja preguntarle a Salomón por su sabiduría. Yo, zafio como soy, solo discurro a imaginar a Jerusalén como CIUDAD LIBRE, con administración internacional. Con jurisdicción conjunta palestino-israelí de manera que todos, judíos, musulmanes y cristianos compartan sus respectivas bendiciones. Digo, antes de que el conflicto escale y se prolongue por siglos. Vale.
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