"HAY ALGUNOS DE LA PORRA DEL EQUIPO FIFÍ... pero la mayoría de la gente esta a favor del cambio y a favor del rey de los deportes, el béisbol."

¿Quién abuchea al presidente?
¿Los afectados del combate al huachicol? ¿Los funcionarios y empleados públicos de confianza, aviadores, de doble o triple función burocrática? ¿Los que han perdido sus privilegios en la alta burocracia? ¿Los dueños de estancias infantiles? ¿Antorcha campesina? ¿Los denominados chalecos amarillos a la mexicana? ¿Los doscientos o trescientos asistentes a la marcha antiamlo en Paseo de la Reforma? ¿Lo que queda del PAN? ¿Lo que queda del PRI? ¿Lo que queda del PRD?

La realidad es que, en un estadio -por ciento, muy, muy bonito- con capacidad para 20 mil espectadores, las islas de abucheadores, porque era muy evidente que se trataba de grupos muy zonificados en las gradas del nuevo estadio de los Diablos Rojos de México, se perdían entre la gran masa de auténticos aficionados al béisbol; pero hacían ruido y lograron filtrar los "fuera, fuera, fuera", las rechiflas y los abucheos durante la ceremonia de inauguración del estadio, con la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.

La situación duro un par de minutos y el señor presidente, como buen pitcher, logró lanzar una muy buena bola ensalivada:
"Vamos a seguir ponchando a los de la mafia del poder."

Fue curioso observar como, entre los vasos de refresco y de cerveza, con los nachos y los hot dogs en mano, la mayoría de auténticos amantes del rey de los deportes no entraron en el juego sucio de los grupos infiltrados "abucheadores"; tampoco improvisaron un mitin político que contrarrestará a los escandalosos, había una ceremonia de inauguración y un partido de béisbol que disfrutar, fueron cautos y ecuánimes durante la situación.

Al final de la ceremonia de inauguración, levantados de sus asientos, sus aplausos opacaron a los escurridizos antiamlo.
Desde luego que algunos periódicos como Reforma o El Universal, las páginas de Internet especializadas en denostar a la 4ta Transformación o los ejércitos de chairos, trolls y bots antipeje, no dejaron pasar la oportunidad y magnificaron, sin magnífico resultado, la crónica burda de la supuesta paliza al ciudadano presidente.

Lo cierto es que, con una popularidad comprobada del 80 por ciento, con millones de beneficiados por los programas sociales, con el voto duro de 30 millones de almas, con el reconocimiento público de otras decenas de millones que no votaron por él pero que ahora si votarían a su favor, ¿quién puede creer que esos abucheos fueron espontáneos y genuinos?.

Más, con un mordaz y seguro pitcher así:
"Y, ahora si, vamos pichar. Les voy a seguir tirando pura pejemoña, los voy a seguir controlando con liza, con recta de 95 millas y con curvas, vamos a seguir ponchando..."

¡Play ball!

Don Diego de la Vega.
Z...