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lunes, 25 de marzo de 2019

PÓLEMOS REMEMBRANZAS DE UN MAESTRO RURAL…


Columna de análisis social, cultural, político y económico. Periodismo de Opinión. Mamotreto insulso; lenguaraz y boquiflojo; órgano no noticioso. Voz endeble de la obnubilada opinión de su autor. No apta para lerdos cabeza de alcornoque. Ni por error debo ser tomado en serio. Sale cuando se puede. Recuerden, escribo ‘cum animus jocanti’, es decir, en broma de modo que, se han de guiar por sus propias convicciones.
Miércoles, 20 de marzo de 2019 No. 528

REMEMBRANZAS DE UN MAESTRO RURAL…
Hoy no voy a acatarrarlos con basofia política, sino con un breve ejercicio de memoria de los años juveniles. Ármense de paciencia e imaginen lo que describo, de donde se desprende que es muy cierto aquello de que “Más vale decir, aquí corrió, que…”

Corre el año de 1966.Es el mes de abril. Sigues al frente de la Escuela Rural Federal “Benito Juárez” de Yecorato, Choix, Sinaloa.

Todo iba bien, aparentemente, en tu sencilla vida como joven idealista. Sin embargo, para tu sorpresa, el heho de que tú lavaras tu ropa iterior, así como que supieras planchar o cocinar, no dejaba de causar extrañeza entre los lugareños, quienes hacían toda clase de conjeturas. Lejos estaban de entender que para tí, acostumbrado a valerte por tí mismo, éso no tenía nada de particular.

Tanto así les extrañó, que don Martín Vázquez, comisario ejidal y presidente de la sociedad de padres de familia, se atrevió a decirte: “Ya verá señor profesor, que las vecinas de su casa dicen que lo han visto tendiendo su ropa y cocinando…” y concluyó diciendo: “¿No ha visto acaso a las hijas de El Charo Oláis, o a las de la familia de Blas Borboa?” rematando con un “¡Todas muy lindas!” , dando a entender que ya era tiempo de que sentara cabeza y dejara de provocar habladurías en torno a lo que resultaba mal visto en las costumbres de su pueblo.

En efecto don Martín, contestaste, tal vez lo debo de pensar un poco, pues no estabas muy interesado en asumir tan pronto deberes de familia.

Total, que se corrió la voz de que estabas disponible, al grado de que, una noche, te despertó un ruido de la puerta de la vieja pagaduría de la mina que te servía de dormitorio. Para tu sorpresa, la silueta de una bella joven (hija del hombre fuerte del lugar, estaba frente a tí. Un poco desconcertado, le preguntaste “¿Qué te trae por aquí?” a lo que con aplomo, te respondió: ¡Me vine a quedar con usted!” ...Un escalofrío te invadió. ¿Cómo salir de ese peligrosísimo embrollo, sin ofenderla ni lastimarla? Era sin duda, un asunto peligroso.

Pero el desenlace lo concluirás mañana, si gustasen leerte.

Vale.

Crédito. Escuela rural. Sopitas.com gracias.

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